Desde qué lugar aquella persona le había corrido las fichas de su puzzle, perfectamente armando y funcionando...a su manera, pero funcionando.
El viento le traía su aire adorado, su frío perfecto, su paisaje favorito...pero seguía pensando en que algo le faltaba, le faltaba tal vez lo que le había hecho feliz alguna vez y nuevamente desde hacía poco tiempo...
No podía sumergirse en un pensamiento sin dejar de tocar su perfil, se le entremezclaba a todo lo que iba surgiendo en su mente, no sabia hasta dónde la amaba, pero estaba seguro que ese era su sentir.
Al principio se rehusó a pensarlo de esa forma, buscó explicaciones que no existían, buscó causas, motivos...por qué la había buscado, más aún por qué nunca la había olvidado, nada tenía un sentido, todo escapaba de la lógica...tal vez porque la lógica no crece entre los sentimientos, tal vez porque el corazón se agita sin motivo...y late apresurado cuando se siente felíz...los pies sobre la tierra pero el alma elevada a lo alto...
Y recorrió esos campos, y obserbó su lugar amado, y sólo quería tenerla a su lado...
Cuando quiso olvidarla, escaparse en su soledad, se dió cuenta que su mente siempre la buscaba, no podía huir, ni esconderse, le ocupaba todo su pensamiento. Ese día que se había tomado para él, para aclarar sus pensamientos, todo lo habia ocupado ella...
Pero también sabía que le traía la risa, la alegría, la ternura, el amor que le faltaba hacía tanto tiempo...
Iba a ser difícil...pero emprendió el viaje de vuelta a la casa, sabiendo cuál era su destino...sabiendo a cada paso que ella siempre iría con él, y que se estaban esperando...