Hoy.

Hoy te dí lugar,
te puse en mis pensamientos,
te hice más presente,
te entregué mis razones,
te dediqué mis tiempos.

Hoy te dí amor,
te puse en mis sentidos,
te tuve entre mis brazos,
te besé y es sabido
que entre todos los besos,
me llegó tu cariño.

Hoy te entendí un poco,
cuando hablas que merezco
sonreir más seguido,
entregarme a lo bueno
que me ha puesto el destino,
en medio del camino.

Hoy pude dejar a un lado
los miedos, los castigos,
la soledad adyacente
a cada paso mío,
y pude darte mucho
de cuanto tenía adentro...
sin dolor infinito...

Hoy sé que tengo ganas
de seguir permitiendo
que mi alma te sienta,
que mi mente te piense,
tal vez de vez en cuando,
o tal vez más seguido...

Todavía me niego,
un poquito...no tanto,
al remolino que trae
cada vez, tu presencia,
y voy y vengo, y entiendo
de a poquito...no tanto,
que el corazón ha permitido
y te está dando paso.

A destino.

Estaba quemando las velas,
sabía de antemano que no habría retorno,
estaba segura, estaba firme...
tenía dos dolores en la carne
y todo el miedo que le hacía tiritar...

Podía saltar del barco y pisar tierra firme,
podía abrir los brazos y echarse a volar,
sentía el aire en la cara,
el pelo suelto y revuelto,
y unas ganas locas de disipar el dolor...

Sin entender tomó el camino más difícil,
no sabía nada, sólo que un paso iba tras otro
y empezó a caminar,

y caminó tanto que un día,
cuando dijo aquí debo parar,
atrás había quedado tanta tristeza,

que ni el recuerdo, ni la nostalgia
le dieron paso a la angustia...
Ya había llegado a destino.

Para él.

Para él ,
que aparece y desaparece
que entra y sale en mi vida
que no se juega a amar,
que viene y va...

Para él,
que salta momentos,
que me besa,
que se seca las lágrimas,
y se hace nada nuevamente...

Para él,
que intenta y no puede,
que se rinde y se vuelve...

Para él,
para que reaparezca,
para que suelte las velas...
...que se deje llevar.

para que recuerde
el camino de vuelta,
para que las estrellas
lo guien a regresar...

Desdoblando el dolor...

Estaba pensando cuántas veces
te dije la falta que me hacías,
las tardes que quería tu presencia,
las noches que soñé despierta y tú dormías...

Estaba pensando cuántas veces
no te dije que ya falta no me hacías,
las tardes que no quise tu presencia,
y las noches que no soñé y me dormía...

Estaba pensando el mientras tanto,
mientras pasaba lo que quería y ya no quería,
cuantos espacios vacíos, cuantas palabras perdidas...

Estaba pensando lo quieto que todo estaba,

mientras se agitaban los vientos que traían

grandes cambios, dolores, despedidas...

y una inmensa soledad que se venía.

Estaba pensando la falta que me haría,
quedarme los besos que me diste
y los dulces momentos que vivimos,
en medio del recuerdo,

porque un día, desdoblando el dolor comprendería
que hubo momentos buenos y
que de ausencia y carencia,
también trata mi vida.

AIRE.

Iba a ser difícil, ella lo sabía perfectamente. Durante años correspondió con las estructuras de la gente que amaba, no dió un sólo paso a ningún costado, siguió el camino que se había prefijado, y estaba segura de su amor.
Todo tan exacto que no se imaginaba que se desmoronaría...pero sucedió, terminó la historia y había que hacerse cargo...sabía lo que vendría, pero no podía quedarse en la cobardía de no enfrentar su verdad.
Hubiese sido tan simple, tan práctico, tan conveniente no enfrentarla, cubrirla de mentira, fingir, ocultar la realidad, permanecer en el tiempo ...tal vez, hubiera sido fácil, pero ella sabía que no podía mentirse, que fingir ante los demás es lo más sencillo, pero en silencio y a solas la verdad fluye constante, sale por cada poro, se enreda en el pensamiento,y no te deja respirar...
Y ella amaba por sobre todas las cosas la verdad. Ahí radica todo. La sinceridad consigo misma y la verdad sobre la mesa con sus pequeños seres amados, aún doliendo era el ejemplo que quería darles, defender su verdad ante todo.
De aquí en adelante todo es cuesta arriba, ella lo sabía... todo iba a darle la espalda, la iba a dejar sola en la empinada... sin embargo allí va, lenta y de a poco comprobando lo que sabía de antemano, pero dándole a su vida lo que le hacía tanta falta, el aire para respirar...

Noche de lluvia.

Me llegó la inspiración de noche de lluvia,
de café fuerte y amargo humeando a mi lado,

para escribir las cosas que quería,

y soltar mis sentimientos más urgentes.

Me llegó una sensación de ir a tu lado,
de correr, de tocarte, de sentirte,
de saber que contigo estoy segura,
aunque se cierra la noche y sigo sola.

Más allá de las letras y la escritura,
más allá de la piel y su textura,
más cerca de tu corazón ahora que nunca,
y con todo el temor de que me hunda.

Toda la piel, un suave roce,
toda la luna llena, incompleta,
la ciudad entera hundiéndose en la lluvia,
y todo el tiempo escribiendo a tu presencia...

Sin entender por qué me quedo,
por qué no darte la felicidad de este momento,
que si dura o no dura, que si puedo o no puedo,
que si debo o no debo, que si quiero o no quiero...

Tomo el último sorbo, escribiendo la última palabra,
corro bajo el agua, corro a tus brazos,
me tomo lo que ofreces,
dejando que la lluvia se me impregne
y borre angustias de soledad y destiempo...

El beso.

Me besaste los ojos, tenías miedo,
pero ganas también de darme un beso,
sin preguntar te bajaste a mis labios,
y te quedaste quieto...

Dije que no y acaso no supe que decirte,
se me quedó la boca colgada en ese beso,
pero ya te animaste y me callaste,
y yo quedé extasiada en el momento...

Cómo puede algo simple y así de tierno,
despertar llamaradas en el pecho,
si pudiera decirte lo que siento...

te animarías sin dudas a otros besos,
pero callar el alma en el silencio,
es envolver los sueños , nada más, nada menos.